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Desmantelan clan criminal en “Las Lomas” de Bogotá

19 de septiembre de 2018

 

En las últimas horas desmantelan banda criminal: ‘Los Curtidos’ que desde hace dos años se dedicaban a hurtar a taxistas en los barrios: Las Lomas (Rafael Uribe Uribe), Granjas de San Pablo y El Pesebre, en Bogotá.

Esta red delincuencial estaba integrada por miembros de un clan familiar, entre ellos cuatro hombres y una mujer, quien era la cabecilla de la organización y operaba junto con su esposo, sus dos hijos y un amigo cercano. Según información brindada por fuentes oficiales.

Los delincuentes tenían dos modalidades de hurto, una de ellas era que la mujer y uno de los hombres detenían un taxi en algún punto de la ciudad, luego le pedían que los llevara al barrio Las Lomas, y estando allí, llevaban al conductor por callejones hasta que le pedían que se estacionara en un espacio desolado, donde sus cómplices los estaban esperando.

Cuando ya llegaban a esa zona boscosa y desolada, donde siempre acostumbraban a abandonar a los taxistas, los falsos pasajeros se armaban con cuchillos o armas de fuego y le exigían al conductor que entregara todas sus pertenencias, hiriendo a sus víctimas así ellos no pusieran resistencia” así lo informaron las autoridades.

Le puede interesar: Lo siguen en el centro y lo matan en Manrique.

‘Los Curtidos’ no acostumbraban a robarse el vehículo sino únicamente las pertenencias de sus víctimas, como el producido, las tabletas y los celulares.

Esta banda fue desmantelada gracias a las denuncias y a la efectiva investigación por parte de las autoridades, Entérate de la nota completa en nuestra versión impresa.

 

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19 de septiembre del 2018

Estudiante de la Funlam víctima de robo

Ofrecen diez millones de pesos a una estudiante, a cambio de una recarga a un teléfono supuestamente inexistente.

 

Las modalidades de robo aumentan cada día, con una simple llamada o mensaje de texto se puede llegar a ser víctima de este tipo de crimen, en este caso la víctima fue  Elizabeth Giraldo una estudiante de comunicación social de la Universidad Católica Luis Amigó, que recibió una llamada la cual la hacían acreedora de 10 millones de pesos por ser "la semana de la telecomunicación"

 “él me dijo que se llamaba Armando Torrea y era empleado de una empresa de telecomunicaciones y me llamaba para avisarme que me había ganado 10 millones de pesos pero debía hacer una recarga a un numero de celular inexistente”

así lo afirmó ella.

Así como esta estudiante muchos colombianos son estafados diariamente mediante llamadas o mensajes de texto haciéndoles creer que son acreedores de millonarios premios.

Entidades competentes investigan esta modalidad de estafa que va en aumento en el país.

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Vía twitter la senadora Paloma Valencia dio a conocer lo que sería una propuesta para financiar la educación, sugiriendo que como solución que los egresados donen el 20% de su salario por 10 años justo después de graduarse, propuesta que resultó para muchos como polémica y fuera de la realidad.

Esta propuesta levanto mucha polémica pues  el déficit de la educación pública ha provocado la movilización masiva de la población estudiantil, y puso a todo el país a hablar al respecto, y entre una gran cantidad de propuestas que han surgido la de la senadora del Centro Democrático Paloma Valencia provoco una lluvia de criticas, incluso el senador Gustavo Petro le respondió el tweet a la senadora.

Al respecto también se pronuncio  Julio César González o mas conocido como Matador, caricaturista de El Tiempo reconocido por sus caricaturas irreverentes, pues de la misma forma le respondió a la Senadora Paloma Valencia: 

" Yo propongo que la senadora Paloma Valencia done el 20% de sus neuronas para...esperen un momento, eh, ejem...dejemos mejor así"

Propuesta de Senadora Paloma Valencia para cubrir el déficit

de la educación, recibe criticas en twitter

Esta propuesta fue polémica porque precisamente este es el segundo punto a tratar en el pliego de peticiones por los que se movilizan los estudiantes en todo el territorio nacional: La reliquidación de las deudas de los estudiantes con el ICETEX con tasa real de interés en 0%, pues este endeudamiento es al que están sometidos muchos de los estudiantes de las universidades privadas, que incluso años después de sus grados continúan.

Crónica 1

Crónica 1

La vida de Vanesa en la Comuna 13

“Me gustan los muertos pero que yo no los conozca”, me lo dijo ella mientras me contaba su historia.

Desde 1980 Colombia es  un  gran escenario para la violencia. En 1995 el número de víctimas supero los 300 mil, apenas un año antes del nacimiento de Vanesa Mejía, una testigo más del conflicto armado.

Ella ahora tiene 22 años, estudia enfermería en la Universidad de Antioquia. Después de varias llamadas, el 27 de octubre en la tarde hablé con ella  y acordamos el encuentro para el día siguiente a las cinco de la tarde en la casa de Alejandra Arroyave, una amiga suya. 

Vanesa vive sola con su mamá, Regina Arcila, empleada de oficios varios. El papá nunca vivió con ella y es comerciante.  “Tengo vagos recuerdos del tiempo que pasaba con él, a veces me daba regalos y me llevaba al parque de Las Chimeneas”.

Katerin Giraldo, una de sus amigas, se refirió a Vanesa como a alguien con falta de la “figura paterna” y que por eso ella “desarrolla mecanismos de defensa para evitar el dolor como la agresividad, tiende a encariñarse muy fácil especialmente con las figuras masculinas”  añadió que todavía tiene ese aire de inocencia y que tiene muchas metas y sueños grandes con los que desea avanzar.

Cuando llegamos al punto de encuentro, ella tenía los ojos hinchados por haber dormido toda la tarde y empezó a narrarme su historia con tantos detalles como si hubiera pasado solo poco tiempo. Nos sentamos en una mesa redonda, como si fuera una gran reunión. Ella estaba de espaldas al balcón, desde el que se veía la gran tarde de aquel domingo, había un perro que rondaba en medio de la reunión y que la distraía en algunas ocasiones.

“Yo viví la operación Orión cuando tenía cinco años y estaba en la guardería”, me dijo. Esto fue entre el 16 y el 20 de octubre de 2002, cuando las Fuerzas Armadas  Nacionales, el Ejercito Nacional y las Fuerzas Armadas Colombianas, retomaron el control de la Comuna 13 con el fin de acabar con las milicias urbanas

imagen tomada de la revista semana

Un combate que duró cuatro días. Los habitantes de la Comuna por seguridad se encerraron en sus casas aún sin provisiones, con casquillos de fusil en las paredes de las casas y en las terrazas, los niños y adolescentes faltaron a los colegios. La Institución educativas vivieron las consecuencias de esta violencia, las estudiantes desertaron en muy poco tiempo, y se hacía muy evidente en la asistencia.

Mientras tarareaba una canción de la radio, la entrevista paró una rato, luego siguió contándome que a pesar de esto siguió la inseguridad.

En la guardería ella estudió con “Danilo, él era adoptado”,  también con el “Peque”. “Fueron dos de los amigos que me mataron, eso fue hace dos años” dijo mientras se le encharcaron los ojos, “a todos los veo antes de que los maten”.

El 24 de diciembre del 2009 mataron a “Camilo”, otro amigo de Vanesa, por pasar una frontera, lo asesinaron delante de la novia “y yo también lo vi”, me dijo.

El 17 de abril del 2010 mataron al “peque, yo lo quería mucho. Duramos tres años de amigos y estuvo en mi casa antes de que lo mataran”, lo dijo con la voz cortada y con un movimiento muy inquieto en su pie derecho “yo no dormía, ni comía” recalcó en medio de suspiros.

“El 18 de abril del 2010 me fui a vivir donde una prima por miedo a que me pasara lo mismo que a ellos”, Vanesa seguía asistiendo normal al colegio a pesar que éste queda en la comuna 13 y muchos de los estudiantes fueron víctimas por no ser victimarios.

Abre un par de hojas bien cuidadas. Me dice que este fue un cuento que le tocó hacer en el grado noveno, pero ella, no lo inventó sino que contó su historia, se desahogó. En ningún momento me dejo ver o coger las hojas, tal vez no quería que yo viera los sentimientos plasmados que en el momento que escribió quería que todo el mundo supiera.

A pesar de que estábamos a más de 25° grados centígrados, ella tenía las manos frías y un sudor constante en su rostro. Se le notaba la ansiedad y los nervios que tenía al recordar lo que no ha  muchos le había contado. A pesar de que estaba muy dispuesta a colaborarme con la información, en muchas de las preguntas que le hacía me contestaba con “¡normal!” y  me evadía.

En medio de todo esto, ella se intentó suicidar, sin lograrlo afortunadamente, “volví a mi casa tres meses después, pero ya no salía, me sentía perseguida” dijo ella con una voz muy calmada.

Como la radio seguía encendida, sonó una canción del grupo de Mexicali B.C. REIK  “Que vida la mía”, frase que resaltó con mucha elocuencia.

“A mi mamá le dio muy duro, todavía me lo recuerda” y al parecer a ella también, las lagrimas que no dejó salir, las manos inquietas y cuando evadía cada pregunta, demuestra que aun recuerda con dolor. 

Parece finalizar la conversación, me dice que hace seis meses asiste a una iglesia cristiana, además dice, “allí no solamente encontré a Dios, sino que encontré amigos que hace dos años no tenía”.

Mientras duró  la entrevista ella no dirigió su mirada hacia mí sino a una pintura muy extraña, que en el tiempo que duré allí, no la entendí, se para, pone las manos sobre la mesa y me dice ¡nada más! se asoma al balcón y luego se va.

Le puede interesar también: ¿Qué pasó con los protagonistas de la Operación Orión?

 

En la Comuna 13 de Medellín fue escrita una de las páginas del conflicto armado en Colombia más trascendentales de su historia, la llamada Operación Orión, que cumple 16 años de su ejecución; las víctimas siguen buscando respuesta al trágico desenlace de un operativo militar cuyo objetivo era tomar el control de la zona, sometida por las guerrillas y paramilitares de la época que mantuvieron en medio del terror a los habitantes durante al menos 10 años, sin embargo esta no fue una solución, pues en la actualidad los habitantes de esta comuna aún viven el conflicto y la inseguridad en carne propia y temen que se repita este suceso que marco sus vidas, así como la de Vanesa y su familia.

imagen tomada de El Colombiano

Crónica 2

Con caja y periódico en mano se desplazan los lustrabotas en el centro de la ciudad de Medellín, en busca de una oportunidad de sustento, estos trabajadores hacen parte del 46,8% de la población que  trabajan informalmente según el artículo que el DANE público en este año, algunos parámetros que definen a un trabajador informal son no ser profesional, ni técnico, además este trabajo es como una válvula de escape para los individuos menos educados de una sociedad.

Faltaban diez para las 8 de la mañana del día jueves primero de noviembre y  después de una larga caminata en el centro de Medellín buscando a alguien que me permitiera entrevistarlo acerca de su labor matutina no tuve mucha suerte, tras algunos rechazos me encontré  a Jesús Ospina, un hombre de 56 años de edad que se encontraba haciendo la fila para recibir el ADN, un periódico informativo que se entrega en varios lugares estratégicos de la ciudad, me presente, y al preguntarle si se permitía hacerle algunas preguntas, me miró sonriente y dijo ”claro niña, ¿en qué le colaboro?” en ese momento señalé unas bancas que estaban a mi derecha y fuimos a sentarnos, para entrar un poco más en confianza le pregunte que si todas las mañanas hacía la fila para recibir el periódico  a lo que  contestó “si, pero no es para mí, el ADN se lo doy a mis clientes para que lo lean  mientras yo les  lustro los zapatos y así se entretienen un rato”  su aspecto era bastante casual, además por su carencia de dientes su dicción era bastante confusa, me esforzaba por entender.

Ocho y cinco de la mañana, el viento se sentía algo frío y húmedo avisando  una posible tempestad, Don Jesús frotaba sus brazos para darse un poco de calor y entre un ambiente contaminado por el humo de tabaco, transportes públicos y exceso de ruido, el decidió sincerarse con a una completa desconocida y aunque no se dejó fotografiar porque según él "no es lo suyo", lo intentaré describir:  un hombre  con una mirada triste, escasez de cabello, camisa de cuadros y  con algunas manchas negras en sus manos y sus herramientas de trabajo a un lado suyo, comenzó diciendo, ”yo llego aquí más tardar a las seis y veinte de la mañana y depende del día me estaría yendo a las siete u ocho de la noche, no me quedo hasta muy tarde”

Continúa diciendo “la mayoría de mis clientes son viejos pensionados, de esos que están en grupitos y le dan comida a las palomas” afirmando que con muchos  ya había hecho amistad, “yo llevo trabajando aquí maso menos unos 13 años, me gusta el ambiente es tranquilo o por lo menos hasta el momento no me han puesto problema” decía entre risas.

Don Jesús al preguntarle de su familia contesta, “tengo dos hijos que ya están grandecitos los dos ya tienen mujer pero solo uno me ha dado nietos, viven conmigo allá en la casa”,  miró sus manos y rápidamente cambió el tema, “de todos modos la situación está muy dura y estos políticos cada vez peor, cuántas cosas han prometido y haber pues ¿quién se manifiesta? Todo le toca a uno (…) la capacidad del rebusque se vuelve una necesidad, incluso para trabajar en la calle  primero hay que conocerla, además como no siempre le va bien a uno, a veces me entretengo hablando con la gente”.

Continúa su relato diciendo “yo nunca he estado en una universidad solamente llegué hasta cuarto de bachillerato, pero a todos los cliente o personas que conozco me gusta escuchar, porque todos traen algo nuevo y eso no lo cambiaría, a veces me cuentan sus problemas, me gusta ayudar a la gente y lo único que tengo para dar son mis consejos y palabras, soy como un psicólogo y si la gente me quiere escuchar pues que mejor”.

Con una mirada distraída de lo que pasaba en ese momento por su mente, Don Jesús seguía con su relato trayendo a colación sus recuerdos, “uno tantos años trabajando aquí aprende muchas cosas”, decía mientras observaba una paloma picoteando migajas de arroz al lado de una fuente. ”Por aquí dicen que yo soy muy hablador y “carretudo” debería dejar de  embolar y volverme culebrero”, afirmaba entre risas, asegura que es capaz hasta de “envolatar a un duende”.

Don Jesús es un filósofo de la calle  y de la vida, está en la capacidad de hablar de política, economía, sociedad, películas y hasta de novelas, se reconoce así mismo como una enciclopedia, “me inquieto, leo mucho, escudriño, leo mi entorno, todo es interesante. Nada en la vida es casualidad”.

Él se describe así mismo como un hombre comedido y colaborador,  “no me gusta ver a esos drogadictos acostados por ahí en las ceras” dice señalando con su dedo la calle, “no me gusta darles plata porque compran sacol, pero cuando tengo les doy un cafecito o cualquier pancito”, continua diciendo que humildemente lo que tiene le gusta compartirlo, pero no todo en la vida de Don Jesús ha sido trabajo pues a veces le gusta salir a bailar con unas “amiguitas” que tiene, “aquí donde me ve me soy muy romántico y me gusta de vez en cuando tomarme mis traguitos”.

Ocho y veintitrés am, el frío cada vez era más intenso y note como don Jesús observaba disimuladamente su reloj, por consiguiente entendí que era suficiente  y era momento de despedirme de él, no sin antes agradecerle por darme un rato de su tiempo y contestar mis pregunta, “bueno niña que la Virgen la acompañe pues ¡Y a estudiar!” así fue como nos despedimos.

Al alejarme de allí y caminar hasta la parada de mi bus, comprendí que no se necesita belleza ni llamativo aspecto para poseer la confianza y seguridad que tanto enaltecen los medios de Comunicación, además que  una persona que a pesar de no tener título de pregrado, postgrado ni mucho menos doctorado seguramente puede opinar  acerca de cualquier tema, puesto que aprendió de lo único seguro, las vivencias, algo por lo que nadie otorga un título pero es la mejor forma, indudablemente precisa para conocer y entender lo complejo de la vida.

Obra: Lustrabotas

Escultora: Olga Inés Arango P. 

Ubicación:  La Alpujarra (Medellín)

Año: 2002

Material: Bronce

Un maestro de vida

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